18 diciembre EMIGRAR NO ES DELITO. Contra la Europa de las fronteras. Contra las cuchillas en Ceuta y Melilla. CONCENTRACIÓN Plz. Santo Domingo 20:00 h.
diciembre 11, 201318 diciembre, día internacional de las migraciones
Lo ocurrido en la tragedia de Lampedusa el 2 de octubre
pasado es un espejo que nos muestra el verdadero rostro de las políticas de
inmigración y de asilo europeas: a pesar de la consternación inicial de los
políticos ante las cerca de cuatrocientas personas somalíes y eritreas muertas,
se continúa con la línea de redoblar la vigilancia y externalizar las fronteras
europeas a los demandantes de asilo, impidiéndoles
el ejercicio de su derecho y, al tiempo, nuestras obligaciones legales hacia esas
personas. Se oculta que buena parte de
ellos serían merecedores de asilo y refugio y se justifica lo ocurrido en
nombre de la lucha contra las mafias de la inmigración irregular. El hecho de
conceder la nacionalidad italiana a los fallecidos, envía un mensaje
inequívoco: sólo los queremos muertos.
En España una muestra de esa política y ese mensaje es la
decisión del ministro de interior Jorge Fernández de volver a colocar cuchillas
en las vallas de Melilla (en Ceuta no se quitaron en ningún momento), medida
que ha concitado el rechazo no sólo de buena parte de la opinión pública, o de
las asociaciones humanitarias, sino de las propias autoridades comunitarias. Las
cuchillas son la metáfora más sangrante de la política migratoria del Gobierno
del Partido Popular. Pero quizás sea más preocupante que, en la próxima reforma
del Código Penal que prepara el ministro Gallardón, se introduzca la decisión de proceder a la expulsión de todo
aquel que haya sido sentenciado con una pena de más de un año de prisión, lo
que equivale a declarar expulsable al doce por ciento de la población con
residencia legal en España. No sólo se refuerzan las políticas de expulsión de
las personas sin documentación de residencia, sino que se criminaliza y
discrimina al conjunto de la población inmigrante, al que se coloca bajo el
signo de la sospecha.
Es evidente que el cierre total de fronteras y de
posibilidades de inmigración regular es lo que explica que se mantenga la
inmigración clandestina, y que cada vez
sea más larga, penosa y arriesgada . Los amargos frutos de esa política son
palpables, desde Lampedusa a Melilla, o en las propias costas murcianas. Toda
Europa, y España también, necesita revisar su política de inmigración, al menos
por tres razones: por el evidente fracaso de la política actual de cierre de
fronteras, por nuestros propios intereses demográficos y económicos y por
cultura democrática y de respeto a los derechos humanos.
Es por eso que, en este Día Internacional de las Migraciones,
queremos recordar que el derecho a inmigrar o a pedir asilo y refugio son derechos humanos que estamos obligados a
respetar según establecen nuestras leyes, nos demanda la simple humanidad y la
defensa de los derechos humanos que asisten a todas las personas.
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